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miércoles, 28 de abril de 2010

Para reirse un rato

Video de Password, para no perdérselo; "abril"- "cerral"

martes, 27 de abril de 2010

Nuevas ilusiones

Cuando uno se encuentra a las 4 de la mañana, solo en el hotel, habiendo terminado todo el trabajo, el sueño empieza a hacer mella y los ojos, cansados, quieren cerrarse. Pero cuando todo eso ocurre y cuando el cuerpo te pide descansar, es cuando yo tengo más tiempo también para pensar.

Ahora dándole vueltas a la cabeza estaba pensando que ya hace más de un mes que marchamos de vacaciones a Egipto en lo que iban a ser "nuestras vacaciones" del año. Pero tanto Eki como yo somos más que inconformistas y llevábamos dándole vueltas a la cabeza sobre cual iba a ser nuestro próximo destino. Cierto es que las vacaciones de verano llegarán más pronto de lo que nadie imagina y había que ir pensando si nos íbamos a ir y si en caso de que la respuesta fuera afirmativa, a donde.

No lo teníamos muy claro y al final, después de buscar, de darle vueltas, de ver el presupuesto y de saber lo que queríamos, que es sobre todo playa y sol, decidimos coger un apartahotel en Altea. Es una zona de la península que no conocemos y que sino ocurre nada extraño nos asegurará sol, buen tiempo y calorcito en los 9 días que estaremos alojados allí en julio.

Y como no podía ser de otra manera tiramos para la tierra y hemos escogido un apartahotel que se llama Mundaka. Un poco apartado del mundanal ruido, metido en una especie de arbolado y cerca de la playa, ¿ qué más se puede pedir?. En fin, que no paramos, ahora la zona levantina y con un plan de lo más simple; sol, playa, piscina y relax. Eso son vacaciones.

4.15 de la mañana, sigo en el hotel solo, por cierto, se me ha abierto el ascensor solo... ummm... mejor no pensar en nada más.

viernes, 23 de abril de 2010

Viaje a Egipto, 7º parte...

Séptima y última parte, porque no creo que queráis concocer cómo nos fue el vuelo del lunes. Así que en la grandiosa explicación de las vacaciones egipcias éste será el punto y final de las mismas. Y lo hacemos contando que ese domingo por fin descansamos de verdad, sin prisas, sin telefónos sonando y sin excursiones preparadas.
Duchita y al salón de desayunos a llenar el buche. Sorpresa cuando me dan a firmar por consumir el desayuno. Al camarero, con amabilidad y un inglés muy refinado, le comento que tenemos el desayuno incluído y que yo no voy a pagar nada de nada. En fin, no sé si le queda muy claro, pero 45 euros por dos desayunos no estoy dispuesto a pagar por nada del mundo. Por si acaso me pongo las botas.


Luego relax y piscina. Teníamos el cielo más despejado de los tres días de El Cairo y el sol pegaba con ganas, a pesar de ser las 11 de la mañana. Tomar el sol, leer y unos bañitos refrescantes que nos sirvieron para despejar la mente y olvidar todos los madrugones y esfuerzos de la semana. Pero el día no podía morirse en el hotel y después de estar una hora de reloj en un banco con la intención de cambiar dinero, nos dirijimos en taxi, que miedo otra vez, al mercado que el día anterior nos supo a poco.

Después de un 35 minutos de taxi y volver a ver la realidad y el caos egipcio, nos adentramos en el mercado Khan Al Khalili sin prisas y con la intención de hacer las últimas compras del viaje. Conseguimos llegar a la famosa tienda de Jordi, un egipcio casado con una catalana, en donde los precios son fijos y no se tiene ni debe que regatear. ¡ Por fin! Pero lo verdaderamente especial lo vivimos cuando el vendedor nos empezó a chapurrear en euskara. Vaya, estamos en todos los lados. Y ahí no acabaría la cosa, porque más tarde otro vendedor nos soltaría unas cuantas frases más en euskara muy bien dichas... impresionados es poco lo que nos quedamos.

Pasado el shock acabamos comiendo por allí, peor que el día anterior, algo más barato y con más bullicio, porque estábamos en la calle a la entrada de una de las arterias del mercado. Luego, ya un poco cansados, decidimos volver al hotel a pasar la tarde. No nos quedaba más fuerza e ir al hotel era la opción que consideramos como la apropiada. Estuvimos en el Sky del edificio, tomamos algo, disfrutamos del sol de la tarde y cuando éste desapareció, nos marchamos a la habitación para pasar allí la última noche de nuestras vacaciones.
Se acababan 7 días impresionantes, una semana que nos deja marcados por una cultura ancestraria que nos lleva a repasar todo lo que hemos visto esos últimos días. Templos, pirámides, colosos, estatuas, obeliscos y un sinfín de cosas que nos hacen sentir pequeños y que nos llevan a reflexionar sobre lo grande y poderoso que era el Imperio egipcio y lo impresionante de sus logros.

Ahora toca dormir bien que mañana de nuevo toca el despertador a las 5.15, es el último madrugón, el peor quizás. Luego 5 horas de avión para volver a España. Otra odisea. El viaje al fantástico mundo egipcio se agota, cerramos los ojos y soñamos... soñamos con quizás poder volver algún día...

miércoles, 21 de abril de 2010

sábado, 17 de abril de 2010

Viaje a Egipto, 6º parte

Primer día que despertamos en El Cairo. La noche ha sido más relajada y aunque seguimos madrugando, los cuerpos se han recuperado. La cama del hotel es tan cómoda que cuesta despegarse de ella, pero el desayuno nos llama y además el día que tenemos por delante es bastante apasionante.

Después de dar cuenta de un suculento buffet, cogemos el autobús dirección a la mezquita de alabastro, primera parada del día. Gracias a que El Cairo es tan grande, el viaje en bus nos da la posibilidad de ver muchas partes de la capital que de otra manera nos serían imposibles ver por el escaso tiempo que disponemos. Llegamos a la Cuidadela de Saladino donde se encuentra la mezquita e impresiona su halo místico y su espacio, corrompido por supuesto por la marea de turistas que despojan de espiritualidad un lugar tan sumamente religioso.
Segunda parada del día, el mercado de Khan el-Khalili, el centro neurálgico de las compras para turistas en Egipto. Impresiona ver las calles llenas de tiendas en las que todos te dicen que entres a la suya porque tienen lo mejor y más barato; "Vamos Pantoja, vamos Shakira, entre, que no agobio". En fin, pues sí, agobiar, agobian, y mucho además. Lo que pasa es que estábamos en nuestra salsa y la visita fue demasiado corta puesto que teníamos la última parada del día. El museo Egipcio.

Fueron dos horas con Rafa en las que las explicaciones fueron claras, concisas y amenas. Vimos lo más importante del museo y sino llega a ser por la barbaridad que cobraban por ver las momias, Eki y yo habríamos ido a echar un vistazo. El tesoro de Tutankamon nos dejó impresionados gratamente, pero a medida que pasaba el tiempo, la gente notaba las piernas cansadas y las explicaciones se empezaban a hacer largas. Acabamos la visita bastante agotados y llegaba el momento de la despedida con Rafa, abrazos, besos y cada uno a lo suyo. Nosotros, aventurados como pocos, nos decidimos a probar suerte por El Cairo para comer y cuando veíamos que no estábamos en nuestro hábitat y que lo mejor iba a ser una retirada a tiempo, conocimos el restaurante "Le Grillon". Bueno, pues entramos ¿ no?.

Bueno, deciros que la experiencia fue positiva, el camarero, muy majo, hablaba en inglés y la comida era más que comible. Eso sí, el palo que nos dieron en la cuenta fue mayúsculo, solo les faltó cobrarnos por respirar y sentarnos. En fin, cosas del turismo. Después la segunda aventura del día. Coger un taxi. No por el echo de cogerlo, que es sencillo. Tampoco por el echo de negociar con él el precio ni hacerte entender para decirle qué hotel era el nuestro. No. La aventura empieza cuando entrás al taxi y te metes de lleno en el tráfico de la capital. ¡ Qué locura! ¡ qué extasis! pero cómo podrán conducir así. Con bocinazos, pasando de un carril a otro sin previo aviso, sin semáforos, sin señales... en fin, vivirlo para contarlo. Estoy seguro que cualquier occidental que coja el coche en El Cairo no sale vivo.

Llegamos al hotel y es tiempo de relax, el día ha sido duro y tenemos ganas de descansar. Por no tener, no tenemos ni hambre. Damos una vuelta por el hotel para que Eki lo viera y luego nos enclaustramos en la habitación. El sueño nos llegó solo, seguimos arrastrando lo de días anteriores y caemos como mosquitas en los brazos de Morfeo. Nos queda el domingo por delante, pero eso es otra historia...

jueves, 15 de abril de 2010

Otro corto de Pixar

Seguimos con la serie de cortos fantásticos de Pixar...

lunes, 12 de abril de 2010

For the birds

Os iré poniendo una serie de cortos de Pixar que merece la pena verlos, empiezo con este de los pájaros. Esperando que os guste...

sábado, 10 de abril de 2010

Viaje a Egipto, 5º parte

Esto del sonido del teléfono para despertarnos empieza a cambiar el caracter de la gente. Otro día más que vamos a arrastrar sueño durante el día, ¡ qué pesadilla son los madrugones!. Bien, reconozco que luego el día da más de sí, pero cuando suena el maldito teléfono me quiero morir.
Además, hoy es peor, porque hemos madrugado para coger un avión con destino El Cairo. Viaje al aeropuerto de Asuán, espera para embarcar y una hora de vuelo. Nos recogen en un autobús para empezar las excursiones del día, bueno, la excursión, porque hoy toca la importante y vital visita a las pirámides y a la esfinge. Luego al hotel y tarde libre.

El autobús nos da la oportunidad de tener una primera impresión de la capital egipcia. El caos automovilístico es bestial, las calles estás abarrotadas de gente por todos los lados y la suciedad es el denominador común de ellas. Hace gracia ver a la gente barriendo para mover la mierda de un lado a otro. 20 millones de personas son muchas, y eso se deja notar en el bullicio y en la cantidad de bloques de casas, mercados y cafeterías que vamos dejando atrás.

Después de 45 minutos llegamos a nuestro destino, las pirámides de Keops, Kefren y Micerinos. Las que tantas veces hemos visto por televisión o foto, están delante de nuestros ojos y el espectáculo merece la pena. Creo que impresionan aún más de lo que la gente nos ha ido diciendo y la explicación de Rafa nos deja petrificados. 2.300.000 bloques de piedra, 100.000 hombres trabajando, 146 metros de altura... ¿ en verdad ésto se hizo hace 3.000 años? parece realmente imposible.
Visitamos las pirámides por fuera y tenemos tiempo de hacernos una foto con las 3 pirámides de fondo. La anécdota del día la ponen las niñas egipcias que se avalanchan entorno a Eki pidiéndole fotos a su lado. Parecía una famosa. Yo estupefacto lo único que podía hacer es ver, oir y callar, bueno, y sacar alguna foto del momento.

Luego visitamos la Esfinge con su nariz rota, aunque creo que no la disfrutamos del todo, los cuerpos empezaban a sentir los efectos de tantos madrugones y nos pedían descanso irremediablemente.
Así que después de un rato emprendimos camino al hotel. El Fairmonth Nile City es un espectáculo de hotel. Hecho a lo grande, con 23 plantas, SPA, piscina en el "sky" del hotel y unas habitaciones impresionantes. La cama, que era lo que más nos importaba era un lujo asiático, dos metros de mullido colchón con unas almohadas que te sumergías en ellas dispuesto a caer irremediablemente en las manos de Morfeo. Intenté ver el telediario, pero el cansancio pudo con mi cuerpo y quedé petrificado 4 horas en la cama sin mover un solo músculo de lo dormidos que los tenía.
Luego una vuelta por el hotel, relax, cena en la habitación e increíblemente, aunque parezca mentira, de nuevo a dormir. Nos quedaba un sábado intenso por delante, con muchas cosas por ver y había que recuperar el sueño perdido (aunque no se pueda recuperar, queda bien decirlo) y relajar el cuerpo para afrontar un fin de semana lleno de impactos visuales en la ciudad más caótica que he visitado en mi vida. Pero eso, de nuevo, es otra historia...

jueves, 8 de abril de 2010

Viaje a Egipto, 4º parte

¡ La madre que me parió! eso es lo primero que pensé cuando a las 2.15 AM el teléfono sonó en el camarote. Pero bueno, ¿a quién se le ocurre hacer una excursión tan pronto? ¿ cómo es posible que pongan una excursión a estas horas? ¿ esto son vacaciones o un crimen???. Bueno, vale de quejarnos que hoy nos espera un día intenso, bonito y con muchas cosas para hacer disfrutar a nuestros sentidos.

Nos juntamos en el hall del hotel con cara de pocos amigos, el Gran Hermano del Esadora II se empieza a calentar y las caras de sueño son más que patentes. Cogemos las almohadas con el objetivo de echar una cabezadita en el autobús camino a Abu Simbel. Me dan pena los tripulantes del barco que también han tenido que levantarse para darnos la tartera con los desayunos.

El convoy de autobuses, unos 40 calculo yo desde mi asiento y mi somnolencia, sale a las 4AM de Asuán destino Abu Simbel después de pasar los pertinentes y pesados controles de seguridad a los que somos sometidos. Tres horas más tarde y alguna cabezadita después estamos en Abu Simbel, bajo un sol de justicia y esperando a ver un espectáculo digno del madrugón que nos hemos pegado.

Tanto las explicaciones de "Rafa" como la espectacularidad de la construcción son suficientes para dar por bueno habernos levantado tan pronto. Las gigantescas estructuras, transportadas por el mar en pequeños trozos, captan nuestra atención sobremanera y más de uno se queda con la boca abierta mientras nuestro guía nos explica las particularidades de los dos templos, el de Ramsés II y el de la reina Nefertari. Después tiempo libre para visitar los templos, contemplar la belleza del paisaje y con puntualidad británica nos dirigimos al bus, puesto que el convoy de vuelta, con policía incluído, no espera a nadie y tenemos que salir todos juntos.

Otro sueño reparador antes de las dos últimas visitas obligatorias del día, la presa de Asúan, que no captó especialmente y mi atención y el obelisco inacabado. Un monstruo de piedra que se rompió cuando lo tallaban y se ha dejado en la cantera de granito tal y como lo dejaron los antiguos egipcios.

Después al barco, un poco de relax, comida con los compañeros y preparados para la segunda excursión del día, el Pueblo Nubio. Viaje en lancha por el Nilo, paseo a camello hasta el pueblo y visita de sus casas, costumbres y gentes. Una tarde más que agradable junto a ellos. Probamos su té típico, nos hicimos fotos con ellos, con los cocodrilos, visitamos sus casas por dentro y fuímos a una de sus escuelas para ver cómo aprenden los niñ@s nubios. Gente cordial y que vive dentro de lo visto, bien, muy bien gracias al turismo.

Después vuelta en lancha al Esadora II, relax, ducha, descanso, paz y cena. Aunque antes de todo ello tuvimos la última noticia desagradable del día; Rafa nos dice que el avión del día siguiente destino El Cairo nos sale a las 6.30 AM, eso quiere decir que de nuevo a las 4.30AM debemos estar despiertos, ¡ vaya vacaciones!!! la gente del grupo no se lo toma nada bien, pero hay que aceptarlo con deportividad, no queda otra. Así que como el cuerpo no está para más jotas, decidimos retirarnos sin más dilación hacía los respectivos camarotes. Nos espera por delante otra noche corta, otro madrugón, vuelo y llegada a la capital. Pero eso, eso es otra historia...

miércoles, 7 de abril de 2010

Partido para el recuerdo

Si te gusta el basket, como a mí, te dejaría impresionado el partido que vimos entre EEUU y España en la final Olímpica.

Viaje a Egipto, 3º parte

El miércoles nos levantamos con fuerzas renovadas. Habíamos podidos descansar lo suficiente y los cuerpos volvían a estar frescos. Desayuno copioso y preparados para afrontar otro día ajetreado.

Por la mañana teníamos la visita al templo de Edfú, una ciudad pequeña, pero ruidosa, con un denominador común, las calesas campaban a sus anchas y se entremezclaban con los coches, haciendo que el tráfico fuera un caos mayor de lo debido. Así que llegamos en calesa al templo, pena de caballos, que puedo asegurar comen bien poco para lo mucho que les toca trabajar. El templo está perfectamente conservado y la fachada nos deja a todos boquiabiertos. Nuestro guía comienza con las pertinentes explicaciones ante un sol que nos castiga con justicia. Tiempo libre y luego vuelta en calesa al barco.

Relax, comida y a cubierta a disfrutar un poco del sol, del calor y de la piscina. De todas formas pega tan fuerte Lorenzo que tenemos que acabar refugiándonos en la sombra y echando una pequeña cabezada antes de salir hacia el templo de Kon Ombo, que disfrutaremos al anochecer. El sol ha descendido y las explicaciones de "Rafa" se hacen más amenas. Nos enseña el material médico de la época y el primer calendario de los egipcios, un prodigio, sin duda.

Vuelta al barco y a cenar con el grupo. Luego tenemos fiesta de chilabas, disfrazados para la ocasión vamos al bar de la motonave, pero hay algo que me tiene conmocionado, al día siguiente nos sonará el teléfono a las 2:15 de la mañana, ¿será eso posible? ¿lo aguantaremos?. Y encima fiesta, no sé si es buena idea. En fin, después de unos cuantos juegos decidimos irnos al camarote a echarnos una pequeña siesta antes de que el maldito teléfono nos juegue una mala pasada. El día acaba entre risas y disfraces y con un gran regusto de boca. Ahora toca Abu Simbel...

lunes, 5 de abril de 2010

Viaje a Egipto, 2º parte

La verdad es que las 4.15 de la mañana llegan antes de lo que nadie imagina, no es el peor madrugón, pero para empezar no está nada mal. Desayuno con legañas en los ojos con el resto de compañeros y primer autobús que cogemos que nos llevará al lado oriental del Nilo a ver el Valle de los Reyes y el templo de Hatsepshut. Son las 6 de la mañana cuando la policia nos abre el paso al otro lado del río, puesto que a esta esa hora está cerrado. Llegamos al Valle de los Reyes después de ver cómo vive la gente a ese lado de la ciudad de Luxor, hemos dejado atrás la "civilización" y nos hemos colado en pleno centro de la agricultura de la ciudad. Casas ruinosas hechas de adobe, gente trabajando la tierra con herramientas bien limitadas y pobreza, bastante pobreza. Empezamos a ver también las famosas fábricas de alabastro, donde esculpen las piezas que luego nos quieren vender durante toda la mañana. "2 figuras de alabastro 1 euro señor", será la frase que más escuche esa mañana. Al final ese día nos iremos de vacío, sin comprar nada de nada.


La primera parada es para ver los gigantes de Memnon, parada de 10 minutos, foto y vuelta al bus para llevarnos al famoso Valle. Dejamos las cámaras en el bus por orden del guía e iniciamos la primera visita importante, las tumbas de los faraones, que nos llevará cerca de hora y media. Luego el templo, precioso, de la única mujer faraón de Egipto, la reina Hatsepshut y por último nos toca la visita a los templos de Luxor y Karnak, los cuales están separados por solamente 3 kilómetros.

El cansancio empieza a aparecer a la vez que el sol empieza a calentar con justicia. Después de un invierno largo en Bilbao, sufrir los primeros sofocos del sol se hace duro, caliente fuerte y las explicaciones de nuestro guía Ashraf (Rafa para nosotros), empiezan a ser pesadas. Aún así y todo la visita merece, y mucho, la pena. Las explicaciones son buenas y la historia de los templos gusta a la gente (qué pena que en clases de historia en el instituto no se haría tan ameno el tema). En Karnak el calor es fuerte, pero aún así lo que vemos nos deja ojipláticos, las construcciones son enormes y el estado de conservación es bueno. La sombra sigue siendo el lugar más buscado y el tiempo para las fotos más que suficiente, la gente empieza a sentir hambre después del temprano desayuno y quiere volver al barco a relajarse un poco.

Últimos minutos en el templo y con rapidez volvemos al barco. Habíamos quedado a la una del mediodía para salir, y son casi las dos. Nos esperan para zarpar. Entrar al barco y eso se empieza a mover seguidamente. Lavarse la cara en el camarote e ir a comer, que las tripas nos están empezando a sonar. Tarde de relax, siesta, piscina y luego explicaciones del guía sobre lo que nos queda por visitar. Buena noticia, al día siguiente no nos levantamos hasta las 8 de la mañana. Un lujo. Tarde tranquila, te con pastas, paseo por el Nilo y llegada a Esna, donde el turismo está prohibido y la gente se lanza en sus barcas para vender las cosas a la gente de las motonaves. Espectáculo asegurado, la venta es más que curiosa y merece la pena sacar unas fotos, locura total en Esna y gritos por todos los lados. Las vacaciones que empiezan a tener sentido, visitas interesantes y relax. Combinación perfecta.

Cena y directos al camarote, ducha y a la cama, los cuerpos están un poco castigados del día. Toca recuperar fuerzas. El día toca a su fin y el ruido de los motores empieza a incordiarnos un poco, hay que dormir antes de pasar la esclusa y no sufrir el ruido.

Viaje a Egipto, 1º parte

Como ya sabéis el día 22 de marzo iniciamos Eki y yo nuestro viaje a Egipto. Las fechas estaban bien calculadas, puesto que ahora allí la climatología es mucho más benévola que en verano, y yo no estaba dispuesto a pasar unas vacaciones conociendo cosas a 45 grados al sol. Así que después de salvar diferentes inconvenientes pudimos elegir el viaje en las fechas deseadas y disfrutar de unos más que agradables 30 grados egipcios.

El día 22 de marzo partimos a Barajas a coger el avión que cinco horas más tarde nos dejaría en Luxor, la primera parada del viaje. Llegamos un poco aturdidos al puerto donde te está esperando la motonave que te llevará durante 4 intensos días a través del Nilo dirección Aswan (o Asúan). Casi 300 kilómetros de navegación con diferentes paradas que harán la delicia de los viajeros, sin duda. Llegas al puerto y te están esperando nativos de Luxor intentando, desde el primer minuto, venderte cosas. Tú llegas con tu cansancio y encima se arremolinan a tu alrededor, empezamos mal. Paciencia. Me llega uno y me dice que le cambie un billete de 10 euros por monedas. Accedo. Al final me da 11 euros, salgo ganando sin darme cuenta, pobre hombre, bueno, a partir de ahí seguro que salgo perdiendo en todas las demás operaciones que haga, sin duda alguna me sentiré timado mil y una veces y sin embargo en la primera el pobre señor me da 1 euro de más.

Entrada al barco y a conocer a mis nuevos compañeros, somos 18 personas en total, con mayoría catalana, luego decimos que no gastan, con los que formaremos una especie de Gran Hermano en el barco durante los siguientes 4 días. Todo el día juntos hasta que lleguemos a El Cairo. Cena en el restaurante de a bordo, charla animada con los nuevos compis y luego a conocer el camarote. que nos ha tocado en suerte, en principio pensamos que hemos tenido la suerte de cara. El paso de los días nos dirá lo contrario, estamos cerca, demasiado, de los motores del la motonave, aunque ésto tampoco llega a ser un inconveniente insalvable. Llega la hora de descansar, ha sido un día largo e intenso, vuelo de 5 horas y cansancio acumulado. Primera noticia, al día siguiente tenemos que estar despiertos a las 4.15 de la mañana, toca irse a la cama. En la tele del camarote no hay cadenas españolas visibles. Mejor apagar la luz y a descansar. Nos esperan unas vacaciones intensas...