Ya han pasado casi tres meses de nuestra estancia en Seseña. El sol se ha convertido en lluvía, el calor en frío y lo excepcional en rutinario. Pasado todo este tiempo siempre es agradable ver imágenes como estas, en las que mis dos primos y yo nos estamos dando un buen chapuzón en la super piscina de Iker. Y es que aunque pequeña, con las temperaturas que se viven por Seseña, siempre se hace agradable meterse en agüita y hacer un poco el indio, como es en este caso que os enseño.
Las vacaciones por desgracia quedan ya algo lejanas, pero los recuerdos y las imágenes que de ellas tenemos, por suerte, jamás se olvidarán. Le dedico esta entrada a mi primo Erlantz, que sé que no está pasando por el mejor momento y aprovecho para darle ánimos y fuerza para seguir adelante y rehacer su vida. Hasta pronto...
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