Porque la sangre rojiblanca me puede, porque aunque perdamos un partido al día siguiente me vuelvo a levantar y porque quiero al Athletic he pensado en escribir hoy.
De nuevo, como las dos últimas temporadas, estamos viviendo una especie de infierno en la Liga española. No levantamos cabeza y a pesar de habernos reforzado convenientemente, el equipo no acaba de dar la cara y salir de los puestos de abajo. Lo jugamos a fútbol, no rematamos a portería, no imprimimos velocidad al juego, no damos tres pases seguidos bien, no elaboramos, no somos rápidos... en fin, argumentos que servirían para que cualquier club perdiera la categoría irremediablemente, pero nosotros no. El Athletic tiene dos cosas que nadie tiene; un alma y un corazón tremendo, que unido a una afición ejemplar y única, consigue que todavía estemos vivos teniendo tantas razones para lo contrario.
Nos quedan 17 finales por delante. Quedan sustos y decepciones, seguro, pero es hora de volver a dar la cara y salvar el honor de un club que no merece todo esto. Como creo que tampoco merecemos los insultos de quienes no saben apreciar lo que hacemos, de quienes no saben qué significa la palabra respeto, de quienes no se respetan ni así mismos... Que si Villar nos favorece, que tenemos a los árbitros a favor, lloriqueos de otros entrenadores... una burla a lo que estamos viendo semana a semana.
Por eso y por mucho más vamos a seguir animando para sacar adelante otra difícil situación. ¡Aúpa Athletic!
Si luchamos podemos perder, si no lo hacemos, estamos perdidos...
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