Bueno, todavía casi nos queda una semana e imagino que la espera se hará larga y dura. Más teniendo en cuenta que no libro ningún día y que tengo 5 mañanas por delante de curro. Pero seguro que merece la pena pasar una semana mala y por fin poder salir del entorno rutinario que a veces se hace pesado.
Y es que el jueves nos vamos a Seseña. Queremos despejar nuestras mentes un poquito y qué mejor manera que hacerlo al lado de mis primos y con el pequeñín a nuestro lado. Hace ya más de 3 meses que no le vemos y tenemos mono de Iker. Imagino que habrá crecido y estará muy rico, así que allí vamos a hacerle unas cuantas carantoñas. Sólo son tres días de fiesta, pero seguro que nos relajan y nos liberan la mente, puesto que desde que fuímos a la casa rural en noviembre no hemos vuelto a salir de Bilbo, y la verdad, a veces hace falta airear el cuerpo y la cabeza con el fin de reponer fuerzas y afrontar estos meses antes de las vacaciones de verano.
Así que con la maleta cargada de ilusión, y algo de cansancio seguro, marchamos el jueves a la tarde con el fin de pasar un buen y tranquilo fin de semana riendo y charlando con mis primos y jugando con el peque. Hasta pronto...
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