Eki y yo nos metimos faroleros. Y de esta manera pasamos un finde precioso en el valle navarro que nos sirvió para desconectar nuestras cabezas de la realidad y rutinas diarias. Sé que Eki anda algo alicaída estos días, la verdad es que los factores son varios, pero quiero darle ánimos para ver si puedo volver disfrutar de su sonrisa. Ha sido venir de la casa rural y mi princesa se ha embajonado. ¡ Ánimo cariño!.
De la casa está ya todo dicho y ahora hay que mirar hacia delante y preparar nuevas excursiones que nos hagan disfrutar y reir a todos. Solo queda recordar el gran recuerdo que nos deja este finde, los grandes paisajes que hemos visto, lo bien que hemos comido, lo mucho que hemos disfrutado y reído y las ganas que nos quedan de repetir. Ha sido una escapada que necesitábamos, pero la semana de vuelta se está haciendo difícil.
Queda menos de un mes para Navidad y tengo unas ganas locas de ver a mi ahijado y mis primos. Eki, quiero verte sonreir pronto, ya sabes que estoy a tu lado para todo. Hasta pronto...
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