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lunes, 5 de abril de 2010

Viaje a Egipto, 2º parte

La verdad es que las 4.15 de la mañana llegan antes de lo que nadie imagina, no es el peor madrugón, pero para empezar no está nada mal. Desayuno con legañas en los ojos con el resto de compañeros y primer autobús que cogemos que nos llevará al lado oriental del Nilo a ver el Valle de los Reyes y el templo de Hatsepshut. Son las 6 de la mañana cuando la policia nos abre el paso al otro lado del río, puesto que a esta esa hora está cerrado. Llegamos al Valle de los Reyes después de ver cómo vive la gente a ese lado de la ciudad de Luxor, hemos dejado atrás la "civilización" y nos hemos colado en pleno centro de la agricultura de la ciudad. Casas ruinosas hechas de adobe, gente trabajando la tierra con herramientas bien limitadas y pobreza, bastante pobreza. Empezamos a ver también las famosas fábricas de alabastro, donde esculpen las piezas que luego nos quieren vender durante toda la mañana. "2 figuras de alabastro 1 euro señor", será la frase que más escuche esa mañana. Al final ese día nos iremos de vacío, sin comprar nada de nada.


La primera parada es para ver los gigantes de Memnon, parada de 10 minutos, foto y vuelta al bus para llevarnos al famoso Valle. Dejamos las cámaras en el bus por orden del guía e iniciamos la primera visita importante, las tumbas de los faraones, que nos llevará cerca de hora y media. Luego el templo, precioso, de la única mujer faraón de Egipto, la reina Hatsepshut y por último nos toca la visita a los templos de Luxor y Karnak, los cuales están separados por solamente 3 kilómetros.

El cansancio empieza a aparecer a la vez que el sol empieza a calentar con justicia. Después de un invierno largo en Bilbao, sufrir los primeros sofocos del sol se hace duro, caliente fuerte y las explicaciones de nuestro guía Ashraf (Rafa para nosotros), empiezan a ser pesadas. Aún así y todo la visita merece, y mucho, la pena. Las explicaciones son buenas y la historia de los templos gusta a la gente (qué pena que en clases de historia en el instituto no se haría tan ameno el tema). En Karnak el calor es fuerte, pero aún así lo que vemos nos deja ojipláticos, las construcciones son enormes y el estado de conservación es bueno. La sombra sigue siendo el lugar más buscado y el tiempo para las fotos más que suficiente, la gente empieza a sentir hambre después del temprano desayuno y quiere volver al barco a relajarse un poco.

Últimos minutos en el templo y con rapidez volvemos al barco. Habíamos quedado a la una del mediodía para salir, y son casi las dos. Nos esperan para zarpar. Entrar al barco y eso se empieza a mover seguidamente. Lavarse la cara en el camarote e ir a comer, que las tripas nos están empezando a sonar. Tarde de relax, siesta, piscina y luego explicaciones del guía sobre lo que nos queda por visitar. Buena noticia, al día siguiente no nos levantamos hasta las 8 de la mañana. Un lujo. Tarde tranquila, te con pastas, paseo por el Nilo y llegada a Esna, donde el turismo está prohibido y la gente se lanza en sus barcas para vender las cosas a la gente de las motonaves. Espectáculo asegurado, la venta es más que curiosa y merece la pena sacar unas fotos, locura total en Esna y gritos por todos los lados. Las vacaciones que empiezan a tener sentido, visitas interesantes y relax. Combinación perfecta.

Cena y directos al camarote, ducha y a la cama, los cuerpos están un poco castigados del día. Toca recuperar fuerzas. El día toca a su fin y el ruido de los motores empieza a incordiarnos un poco, hay que dormir antes de pasar la esclusa y no sufrir el ruido.

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