Bien, no comulgo en exceso con la samba, menos aún con los bailes de Cristiano y Marcelo, Neymar no me cae mal, pero tampoco le admiro en ningún sentido, bueno, nada más allá de su potencial futbolístico, que es mucho. Pero hay que reconocer que la canción de Michel Telo tiene algo que consigue que acabes tatareando en tu pésimo portugués unas frasecitas de la ya famosa canción. Aquí llueve, hace frío, pero con canciones así a uno le da por mover un poco el esqueleto y pensar qué sería de nosotros si estuviéramos en una playita de Copacabana bailoteando esta canción.
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