Y es que da igual que seas Papá Noel o Pulgarcito, los hombres tenemos una carencia absoluta con el cuerpo de las mujeres y las miradas se desvían a todos los sitios. Estamos en Navidad y nuestro Papá Noel particular quería hacerle un regalo a esta mujer, que ya no niña como para sentarse en el regazo de Santa, en forma de mirada. Los ojos se desvían ligeramente a la derecha mientras que ella sonríe a la cámara para quedar ese momento inmortalizado. Santa, Santa, que te hemos pillado, luego no digas que te hace ilusión recibir a tanto niño...
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