Y lo dice uno que ha sido base durante mucho tiempo jugando al baloncesto. Siempre pensé que ese no era mi puesto, que quizás debería haber jugado de escolta, pero también es cierto que me faltaba altura y lo fácil era ponerme a jugar de base.
Pues como buen base tengo que destacar el noble arte de la asistencia, esa jugado que hace feliz a dos personas, el que da el pase y el que encesta. Esa jugada plástica, bonita y efectiva, porque a veces no es fácil dar el pase en el momento justo al jugador oportuno y porque también es complicado tener ojos en el cogote para dar pases especiales que diviertan tanto al que los da, al que los recibe o al público que lo está viendo. Todo un arte que hay que reivindicar.
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