
Me dio realmente pena cuando se fueron, sabía que les iba a echar de menos y que durante unos días me iba a sentir extraño en casa, pero estoy contento porque todos los días supimos disfrutarlos desde la mañana a la noche, sin dejar pasar un minuto y solo con verles la cara de felicidad a uno se le olvidan todos los problemas que tiene. Aquí os dejo a mi familia en la foto, como bien os he dicho, tuvimos tiempo de todo y entre ese todo por supuesto está el placer culinario. Bueno, era una cervecera en Berango, pero nos pusimos las botas y los niños disfrutaron del sitio y del sol que afortunadamente nos hizo tanto allí como luego en la playa de La Arena. La única nota negativa fue tener que despedirnos de Asier tan pronto, se tuvo que volver a trabajar ese domingo a la tarde y realmente es duro despedirse cuando no te da casi tiempo a disfrutar de su presencia. Seguiremos contando...
No hay comentarios:
Publicar un comentario