
El calorcito nos queda algo lejos, estamos metidos en pleno enero y todavía tenemos que sufrir tardes de manta, calefacción y tiritonas en la calle antes de volver a tener temperaturas cálidas, pero quizás con imágenes como estas, si no es nuestro cuerpo, nuestro corazón puede entrar un poco más en calor con esa sonrisa interna que nos provocan los buenos y gratos recuerdos. Ahora toca mirar hacia adelante y pensar en el próximo viaje a Seseña para disfrutar tanto de mis primos como de Iker y Sara. Y mientras, castañearemos los dientes en mañanas tan frías como la de hoy...
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