Dicen que las orejas y la nariz son dos de los apéndices de nuestro cuerpo que no dejan de crecer en toda nuestra vida. A algunos se les nota más que a otros, eso está demostrado, pero por si acaso no lo creéis, os presente a este señor que ha desarrollado seguramente un oído y un olfato dignos de mención. No creo que el bueno de él se quede sordo, por lo menos por tamaño no será, qué soplillos gasta!!!
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