Y es que el otro día se me ocurrió la idea de ir a visitar una iglesia. Hacía tiempo que no pisaba una, pero me dije; "bueno, ahora que nos viene el papa, que tenemos las Jornadas Mundiales de la Jventud en Madrid, vamos a investigar la afluencia de la juventud a la iglesia". Ni corto ni perezoso me levanté el domingo, me vestí debidamente y fui a la iglesia. Cuál es mi asombro cuando veo a este tipo, si, ¡ a Superman!, era él. Inconfundible. Sus gafas de pasta gorda, su flequillo en forma de garfio, y su inconfundible uniforme. No podía ser otro.
Total, que me dio por pensar un poco; "si Superman tiene que ir a misa a pedirle al señor, es que la cosa en el mundo está muuuuy mal, en fin, que la cosa está jodida." Después de ver semejante imagen y con la moral por los suelos me volví a casa... ¿ de verdad estamos en el mundo tan mal que Superman tiene que implorar a la religión?. Con esa pregunto llevo ya varios días en mi cabeza...
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