Ese grandullón llamado Asier, ese es mi primo. Siempre ha sido la persona que ha estado a mi lado, en vacaciones, Navidades, cuando vamos a Seseña. He vivido tantas cosas con él y nos unen tantas cosas, que sería imposible enumerarlas todas. Es mi primo, tiene 28 años y ya veis, es aita ya, lleva casado casi tres años y tiene chalet propio. Algunos dirán que ha corrido demasiado, otros que se ha precipitado, pero en mi opinión cada uno tiene que hacer lo que quiere en el momento que quiere, sin sentirse presionado por nadie. Y Asier lo ha hecho, y gracias a todo ello ahora tenemos a Iker en la familia, al que queremos con locura.
Me vienen a la mente tantos recuerdos de niñez, adolescencia, juventud... con él. Cuando venía en Navidad y pasábamos todos los días juntos, comprábamos chuches y a ver pelis en casa. Disfrutar de los regalos, hacer bromas... en fin, pasarlo bien. Luego en Noja tantos veranos que hemos pasado. Primero en su caravana, cuando éramos unos niños, en la playa, jugando al beisbol, montando en bici, tonteando con las chicas de allí... luego en mi caravana, un poco más mayores y haciendo lo mismo pero con más años. Eso sí, siempre juntos.
Después vinieron las vacaciones con él y mis tíos. Primero Italia, luego el Camino de Santiago, Seseña... y las últimas en Punta Cana con Silvia y Eki a nuestro lado. Recuerdos y recuerdos que se amontonan para describir a una persona maravillosa a la que quiero un montón y de la que me siento orgulloso de conocer y que sea de mi familia. Asier es un gran tipo y espero que nuestra amistad soberbia nos dure toda la vida. Hasta pronto primo...
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