La segunda ha sido más tranquila. Levantamos el campamento en casa de mis primos en Seseña y nos hemos dedicado a descansar y a relajar la mente y el cuerpo. Piscina, sofá, jugar con los peques y a jugar a las cartas por la noche. Ese ha sido nuestro plan de tranqui.
La verdad es que hemos vuelto con las pilas cargadas, hemos descansado y hemos disfrutado de sitios que no conocíamos. Hemos comido bien, muy bien y hemos tenido la oportunidad de estar juntos todo el día, después de un año diferente por culpa del nuevo horario de mi trabajo.
Ahora vuelta a casa, casi a la normalidad. Eso será el lunes cuando volvamos al trabajo. De momento nos quedan unos días sin madrugar y con la motivación de tener las fiestas de San Roque a la vuelta de la esquina. El año que viene, ¡ más!
No hay comentarios:
Publicar un comentario