No vengo a pedirte que te quedes, tampoco a darte las gracias, la verdad es que simplemente escribo este texto como mero desahogo personal como buen aficionado incondicional del Athletic que soy. No soy quién para juzgarte, ni para pedirte que te quedes en el club toda tu carrera, cada uno es libre de perseguir sus metas, sus objetivos y de la forma que lo hace.
Se venía diciendo hace tiempo que no ibas a renovar, que después de dos años de negociaciones éstas se habían roto y que buscabas una salida. Llevamos tiempo especulando sobre cifras, sobre cláusulas, sobre años de contrato y sobre muchos equipos. Realmente no sé las razones que te han llevado a bajarte del barco, pero pecando de ingenuidad y sin saber todos los entresijos del asunto, yo no las entiendo.
Tenías un proyecto firme, joven, con un buen entrenador al frente y con jugadores en plena evolución. Un equipo que la temporada pasada llegó a dos finales y el cual estoy convencido que no ha tocado techo. Tú eras un referente, tanto dentro como fuera del campo, eres un icono para muchos y quizás el jugador más determinante para su equipo en toda la liga, comparable a la influencia que pueden tener Ronaldo o Messi en sus equipos. Y sí, te has bajado del barco.
Yo que te he visto cantar el himno del Athletic, que te he visto llorar cuando conseguiste la clasificación para la final de la Europa League, o cuando también desgraciadamente perdimos las dos finales, yo que estaba convencido que finalmente te podría el corazón, sabemos que dejarás el Athletic tarde o temprano.
No me puedo creer que las diferencias sean solo económicas. Estamos hablando de 4,5, 5 ó 5,5 millones de euros, unas cantidades por año que el 99% de los mortales solo soñamos, que alucinamos cuando oímos hablar de ese dinero, que ni con 50 años trabajado llegaremos a ganar una parte de lo que se dice que te han ofrecido por año, y sin embargo y sabiendo todo ello, creo que una parte importante de los aficionados estarían de acuerdo en la renovación tuya, porque todos sabemos lo importante que eres en el juego del equipo.
Llevas desde los 11 años en el Athletic, 17 años metido en Lezama, día tras día, mamando todo nuestro club y todo lo que representa, y algo se ha hecho mal cuando te quieres bajar del carro. Mira, la milonga esa de querer jugar siempre la Champions, de ganar títulos y demás, personalmente me la creo a medias. ¿ De verdad piensas que con este equipo no se puede ganar algo a corto plazo?. Creo que algo se ha hecho mal para que jugadores como tú no tengan el deseo de seguir, del compromiso que este club debería ofreceros y por qué no, hablemos de algo de fidelidad en este mundo mercantil del fútbol. No, no queremos que renueves y seas pobre, que aquí se paga, y bien además. A mí me has dejado frío, tocado, quizás no he acabado nunca de creer que te podías ir y por eso me duele más.
Pienso que algo falla, porque casos así son precisamente los que no deberían ocurrir jamás, son golpes bajos, golpes de moral hacia el aficionado que ve crecer un equipo y cuando la ilusión se acrecienta y ve un equipo con expectativas reales de ganar, uno de los pilares abandona. A veces pienso si nos debería dar igual tener a un Llorente crecido en la cantera que a Llorentic, el serbio que viene por cuatro duros, que hace dos buenas temporadas y luego es vendido al mejor postor.
El Athletic sigue, tenemos 114 años de historia y seguro que ha habido casos similares a éste, nos hemos levantado y hemos seguido mirando adelante, fijo. Aunque yo me replantearía si hay algo que realmente no funciona o solamente es un caso aislado, centrado en este caso en Llorente, en su hermano como representante o bien en la ineptitud de dos directivas para lograr su renovación, no sé lo que realmente ha sucedido, pero moralmente me ha dejado tocado no poder contar con un jugador que apreciaba, que creía en él y al que veía un chico noble y comprometido. Al final, las palabras se las lleva el viento y la frase de "yo me veo en el Athletic mucho tiempo" ha pasado a mejor vida. Una pena, se abre la subasta.
Han pasado ni más ni menos que 30 años desde que se lanzaron al mercado estatal los primeros ordenadores. Ni qué decir que era el capricho de cualquier niño de la época. El regalo más requerido para el Olentzero sin duda. Máquinas básicas, armatrostes que funcionaban con casettes y de un precio escandaloso. Yo fui uno de los afortunados, como muchos otros, de tener uno. El mío era el Amstrad CPC646, una "joya" con que me divertí y me desesperé un millón de veces. Pero también salieron al mercado el ZX Spectrun y el Commodore 64. Aquellas interminables cargas de los juegos eran odiosas. Y eso cuando no terminaba de cargar y daba algún problema o bien simplemente es que el casette del juego estaba mal y había que descambiarlo.
Pero para nosotros eran nuestro "juguete preferido" y donde empezamos a hacernos dependientes de la electrónica. Luego ya vendrían las consolas, PCs y demás. Pero los pioneros fueron estos "cacharros". Como dato os digo; mi Amstrad montaba un procesador de 4Mhz y 64kb de RAM y fue el primero que tenía una pantalla de color verde fosforito que tan atractivo lo hacía.
