No, no estamos en el metro, aunque esta frase os suene a muchos. En esta ocasión la parada está un poco más lejos, en la isla de Fuerteventura, en las Canarias. Después de pasar todo el ajetreo de la boda, lo primero de todo es relajarse, descansar y desconectar de los últimos meses, un poco locos con todo el tema de los preparativos y todo lo que conlleva de nervios y algo de tensión. Por eso tengo ganas de irme con mi princesa lejos, donde estemos solos para disfrutar el uno del otro.
Así que cada día estoy más contento y convencido del lugar que hemos elegido como primer destino de nuestras vacaciones. Una isla tranquila, con grandes playas y alejada del mundanal ruido. Un paraíso para abstraerse del mundo. Una semana de tranquilidad para disfrutar de nosotros, de olvidarnos del trabajo, de la rutina, de la boda... y por eso os dejo aquí la playa que vamos a tener el gusto de tener enfrente de nuestro hotel, en Calte de Fuste. Solo de pensarlo me emociono...
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