Lo puedo decir más alto, pero es imposible hacerlo más claro. Siempre he estado orgulloso de mi equipo. Sé que todos los aficionados lo están del suyo, pero sinceramente creo que nuestro Athletic tiene un plus que nolo tienen los demás, no es ni mejor ni peor, sino un sentimiento distinto y que yo creo que es único en el mundo.
Estamos a mediados de abril y queda todo por decidirse, el jueves nos jugamos la ida de las semifinales europeas, y los de mi generación estamos viviendo un hito que jamás habíamos tenido la suerte de vivir. Siempre hemos sido un equipo endeble en Europa, un equipo casi sin miras, sin objetivos, que se conformaba con clasificarse, con pasar la clasificación y luego caer con más o menos dignidad.
Pero en esta ocasión las cosas han cambiado y la mentalidad del equipo es tan distinta, que no sé si decir que es un milagro o que Bielsa ha logrado lo que ningún entrenador anterior había hecho; inculcar mentalidad ganadora por encima de todo. Parece sencillo, pero por la cantidad de años que han pasado yo diría que solo Bielsa ha conseguido que los jugadores crean verdaderamente en lo que hacen y en sus posibilidades.
Nos queda por disfrutar de esta semifinal, luchar por llegar a la final de Bucarest y sobre todo, nos queda por levantar un título, bien en Europa o contra el Barça en la Copa. No elijo, me da igual, quiero vivir la sensación única de ganar algo con mi equipo, de celebrar con mis amigos, con mi familia, con mi novia... celebrar algo tan especial, algo que haría salir a la calle a toda Bizkaia y sentir el orgullo que jamás hemos perdido de ser del Athletic Club de Bilbao. Una grandeza, un sentimiento y una devoción única que tiene que tener por fin la guinda de ser campeón. Yo confío ciegamente en ellos, es su momento y creo que lo saben...
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