Eso es lo que se merece nuestro querido campo de San Mamés. A partir de mayo no se volverán a jugar más partidos oficiales en nuestro mítico estadio y digo yo que le tendremos que despedir con honores. Son muchos años a sus espaldas, desde aquel lejano año 1921, hasta el presente. Ha vivido todas las ligas de Primera División y a sus espaldas lleva una de las mejores historias de los clubes españoles.
Pero este año nuestro querido Athletic se ha empeñado en no darle más que disgustos. Después de saborear una temporada brillante, la 2011-2012, y quedarnos con el amargo regusto de las dos finales perdidas, en la presenta campaña los problemas, los malos resultados, las polémicas y el mal ambiente son la nota predominante.
Empezamos ya mal allá por julio con todo el lío generado por las obras de Lezama y a partir de ese momento todo ha sido un cúmulo de situaciones que han llevado al equipo a una situación casi insostenible. Llevo viviendo el Athletic desde pequeñito y nunca, jamás en mi vida athletizale, había tenido tal desazón con el equipo. Los pilares se van, no sé si espantados o por otros motivos, las renovaciones acometidas son de chiste ( perdonad si molesta, pero que Toquero renueve por 600.000 euros netos es una broma de mal gusto ) y la situaciones generadas por nuestro entrenador rayan la línea de la tragicomedia. Si, estoy desilusionado como nunca, sé que se me pasará y que seguramente la temporada que viene la afrontemos más tranquilos y con nuevas perspectivas. Inaugurar un nuevo estadio debería ser motivo suficiente para generar ilusión, pero también lo debería haber sido para que los mejores jugadores se hubieran quedado, y no ha sido así.
Antes de eso tenemos que jugar los últimos partidos en nuestro maravilloso San Mamés, "La Catedral" y espero que nuestros jugadores y cuerpo técnico se pongan las pilas para ofrecerle una despedida digna, llena de honores, nostalgia y buenos recuerdos. Tienen que pasar por aquí tanto el Barça como el Madrid y sería un detalle que ante los dos mejores equipos del mundo podamos ofrecer guerra y porqué no, unas victorias que nos hagan rememorar tiempos no tan lejanos.
No puedo decir que haya vivido muchas noches en nuestro estadio, pero siempre que he ido he intentado empaparme de todo lo que rodea al Athletic, disfrutar de cada minuto y vivir tardes de fútbol con el equipo que siempre he llevado en el corazón. Ahora solo pretendo que nuestro mítico San Mamés disfrute de los últimos coletazos y que nuestro Athletic le brinde unos partidos dignos de un campo único.